Algunas novedades. Se rompió mi Kindle. Un buen día me disponía a leer cuando la pantalla mostró un montón de rayas extrañas y solamente un cuarto de pantalla se veía bien. Evidentemente a alguien, que no fue a mi, se le cayó o lo golpeó. Puede haber sido alguno de mis niños, la señora que ayuda en casa, o, porque no, mi señora esposa. Como sea, ningún grupo fundamentalísta islámico se adjudicó la autoría del crimen, y he decidido no presentar cargos contra los posibles perpetradores. Nada de eso me devolverá mi Kindle.
Durante mi duelo encontré un reemplazo nada deleznable, mi teléfono Samsung Galaxy S3. El software de Kindle para Android funciona muy bien, y la pantalla de mi telefóno es fantástica, así que me encontré leyendo "relativamente" cómodo en mi teléfono. Y digo "relativamente" porque no es lo mismo. Ya casi terminando la presente novela, mi hermano, se apiadó de mí y me prestó su Kindle. Dado que el, al igual que mi hijo mayor, usa su iPad como una extensión de su cuerpo; lee, navega, juega, come y caga con su iPad, y por lo tanto tenía el Kindle guardado en un cajón. Grazie Brother!.
Ahora si. A sangre fría. Otro clásico que muerde el polvo. Muy, muy, muy pesada. Innecesariamente descriptiva, innecesariamente larga, demasiado lenta, terriblemente lenta. Otro libro del que oí y leí tanto y por tanta gente que esperaba otra cosa. Pero como de costumbre, creo que hay mucha gente que se suma a recomendar cosas que en su vida leyó, solamente porque está muy bien recomendarlas. Como diría un amigo mío, dan mucho "lustre". Que se entienda bien, no es un libro malo, ni mucho menos, pero su lectura no es una tarea fácil ni placentera.