IRVIN D. YALOM - El enigma Spinoza

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El enigma Spinoza.


Mi prima, Lorena Sebastianelli, con toda mala intención me introdujo a este gran, enorme autor. Este es el tercer libro que leo de Yalom, y cada uno fue espectacular.
En este caso, Yalom, se mete de lleno en su comunidad judía, y se juega con un libro que puede ser muy polémico. Toma a dos personajes en las antípodas del pensamiento y el tiempo y los mezcla en un paralelismo que se desarrolla capitulo a capitulo. Baruch en hebreo, Bento en portugués, Benedictus en latín o Bendito en español Spinoza. Un filósofo judío sefaradí excomulgado en 1656 por sus creencias opuestas completamente a su religión y Alfred Rosenberg, autor intelectual de la solución final nazi.
Yalom, es un psiquiatra, y como tal sus obras dan vuelta sobre la psique de los personajes involucrados. El miedo a la muerte, la trascendencia, la angustia, y la técnica del psicoanálisis que vuela por todas las épocas disfrazada según convenga en médicos, amigos, alumnos, etc.
Un excelente libro, quizás involucrado excesivamente en los rituales y ceremonias de la religión judía. En mi caso, fue interesante, ya que mi ignorancia es total, pero entiendo que puede resultar un poco denso para otras personas.

Algunos pasajes para recordar

[...]- Dime Jacob, ¿tu crees que Dios es todopoderoso?
Jacob asiente con la cabeza.
-¿Que Dios es perfecto? Completo en si mismo.
Otra vez Jacob muestra estar de acuerdo.
- Entonces seguramente estarás de acuerdo en que, por definición, un ser perfecto y completo no tiene ninguna necesidad, ninguna insuficiencia, ninguna carencia, ningún deseo. ¿No es cierto? 
Jacob piensa, vacila, y luego asiente con la cabeza cautelosamente.
Spinoza advierte el comienzo de una sonrisa en los labios de Franco.
- Entonces -continúa Spinoza-, sostengo que Dios no tiene ningún deseo acerca de como lo glorificamos y ni siquiera si tenemos que hacerlo.[...]

[...]Su uso de la palabra deducción es incorrecto. El proceso de partir de observaciones particulares para formular una conclusión racional, en otras palabras, ascender hasta una teoría a partir de observaciones individuales, se llama inducción, mientras que la deducción empieza con una teoría a priori y razona para descender hasta una serie de conclusiones.[...]

[...]Para Epicuro, ataraxia era la única felicidad verdadera. ¿Y como la conseguimos? No a través de la armonía del alma de Platón, ni por alcanzar la razón de Aristóteles, sino simplemente por la eliminación de las preocupaciones y la ansiedad.[...]

[...][Epicuro] creía que la mejor manera de maximizar el placer era minimizando el dolor. Una de sus conclusiones mas importantes era que el miedo a la muerte era una fuente muy importante de dolor, y pasó buena parte de su vida buscando métodos filosóficos que permitieran aliviar el miedo a la muerte.[...]

[...]Estaba cansado. Enseñar a adultos a vivir según la tradición antigua es un trabajo duro. Se daba perfecta cuenta de lo que todos los maestros religiosos finalmente aprenden muy bien: es esencial captar a los estudiantes cuando son muy jóvenes.[...]

[...]Religión y Estado deben estar separados. El mejor gobernante imaginable sería un líder elegido libremente, limitado en sus poderes por un consejo libremente elegido, quien debería actuar de acuerdo con la paz, la seguridad pública y el bienestar social[...]

[...]Epicuro tiene todavía otro argumento, el argumento de la simetría, que puede ser mas fuerte todavía. Postula que el estado de no ser después de la muerte es idéntico al estado de no ser antes del nacimiento. Y aunque tenemos miedo a la muerte, no tenemos temor cuando pensamos en ese estado anterior e idéntico. Por lo tanto no tenemos razón de sentir miedo a la muerte tampoco.[...]

[...]Mi padre, bendito sea su nombre - continuó Franco -, siempre decía que cuando no se habla de algo que es grande, nada se puede decir de ninguna otra cosa, por importante que sea.[...]

[...]- Así que cuando hablas de amar a Dios, lo que quieres decir es el conocimiento de las leyes de la Naturaleza.
- Si, las leyes de la Naturaleza no son mas que otro nombre, mas racional, de los decretos eternos de Dios.
- ¿Entonces es diferente del amor humano común en que involucra solo a una persona?
- Exactamente. Y el amar a algo que es inalterable y eterno significa que uno no está sujeto a los caprichos del espíritu del ser querido, o de su inconstancia, o de su finitud. Quiere decir, también, que no tratamos de completarnos en otra persona.
- Bento, si te comprendo bien, también debe querer decir que no debemos esperar ningún amor a cambio.
- Exactamente. Correcto otra vez. No podemos esperar nada a cambio. Obtenemos un feliz asombro con solo una vislumbre, una privilegiada comprensión del vasto e infinitamente complejo plan de la Naturaleza.[...]



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