JORGE FERNANDEZ DIAZ - Fernández

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Fernández.

Antes que nada, acabo de estrenar mi teléfono HTC One X como lector oficial. La verdad es que el software Google Play Books, es muy impresionante. La sección libros del Google Play, permite bajarse una muestra de cualquier libro, de al menos un capítulo y comprarla luego de finalizada la muestra si el libro interesa. Es mucho mas completa que el Kindle Store, sobre todo en lo que a la lengua castellana se trata y los libros son verdaderamente mas económicos. El único problema que le encuentro hasta ahora es que, lamentablemente, no vale la piratería. Pero, como sea, ya estoy algo viejo para algunos malos hábitos, y la verdad prefiero no perder tiempo buscando, bajando y transformando archivos de libros a ver cual se ve bien. También he perdido algo del afán coleccionista que en algún tiempo tuve con el software, música en mp3 y, como no, libros electrónicos. Recomiendo fervientemente usar el Store de Google para lo que realmente les interese leer, o poder "hojear" aquellos libros que aún no estamos convencidos de leer.
A lo nuestro. Precioso libro autobiográfico. Este hombre es un "monstruo" escribiendo, la lectura es amena, fluida, y posee la magia de provocar ansiedad cada vez que uno lo deja de leer para seguir viviendo. No se si soy demasiado objetivo con este autor en particular, ya que desde hace tiempo lo sigo en sus programas de Radio, columnas de diario, etc. Si bien comencé a leerlo con algún recelo (con "El Puñal" hizo demasiado autobombo en Radio), la verdad es que inmediatamente me enamoré de su escritura. La logia de Cádiz, El Puñal, Mamá y ahora Fernández se suman a los libros que ya he devorado de es hombre. Para leer, recomendar y regalar dándose algo de lustre.
Algunas citas para recordar este libro:

[...] cuando uno es joven, pesca con dinamita y tira con ametralladora —le dijo una vez Pinochet —. Luego uno descubre que las municiones no son infinitas y elige disparar tiro a tiro, sabiendo que ya no puede darse el lujo de seguir fallando. Al final te dan una pistola de chispa y una bala redonda y oxidada, y toda tu preocupación consiste en no volarte por accidente los huevos.[...]

[...] La investigación política es como la morcilla —le decía Pinochet —. Es buena hasta que te enterás de cómo se hace .[...]

[...] —No. No hay una verdad. Hay verdades simultáneas. La verdad es un juego infinito de cajas chinas. Los que creen haber encontrado la verdad en una caja no saben que siempre hay otra, y otra más. Y que al final hay una caja vacía.[...]

[...] Desde aquí abajo, con este pobre entendimiento humano, no podemos ni siquiera concebir el dibujo del universo. Una hormiga no podía concebir Internet.[...]

[...] Cuando uno alumbra con una linterna en la oscuridad más absoluta puede llegar a creer que ha visto la luz, y que por lo tanto lo ha visto todo. Pero luego, al encender una lámpara, descubre que hay mucho más, y cuando enciende otra percibe que se encuentra en un lugar vasto, complejo e interminable, y así, cuantas más luces prende, más a oscuras se siente; cuanto más sabe, más sabe que no sabe.[...]


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